Titulo: Pequeños lios de amor
Autor: LidiaOkami-Chan
Fandom: Original
Género: Yaoi
Categoría: +16
Resumen: Ken, un chico completamente atractivo con un hermano demasiado sobreprotector, decide buscarse alguien con quien poder tener sexo despues unos dias en los que no puedo hacerlo por un pequeño incidente en su escuela.
Autor: LidiaOkami-Chan
Fandom: Original
Género: Yaoi
Categoría: +16
Resumen: Ken, un chico completamente atractivo con un hermano demasiado sobreprotector, decide buscarse alguien con quien poder tener sexo despues unos dias en los que no puedo hacerlo por un pequeño incidente en su escuela.
Ken
era de ese tipo de personas que tenia un aura diferente a lo demás. Al
igual que su hermano, él era un chico completamente atractivo, y no solo
por su rostro, también tenía un cuerpo espléndido. Sus músculos, que
estaban lo sificiente bien formados sin llegar a tener un cuerpo
demasiado robusto, se reflejaban en una piel tan blanca como la misma
nieve y a la vez, tan frágil que se asimilaba a la porcelana. Su rostro
mostraba una suave y delicada piel con los ojos de un grisaceo claro, y
sus cabellos, completamente desordenados, eran de un rojo tan intenso
como el fuego, que aunque no lo pareciera, era de lo más natural. Por
detrás el pelo le llegaba hasta taparle ligeramente la nuca y su
flequillo, mucho más corto, cubría su frente hasta el lugar exacto antes
de tapar sus ojos. Además de ser tan atractivo, Ken tenía un gran deseo
carnal hacía el resto de las personas que podía satisfacer cuando lo
quisiera fueran hombres o mujeres, después de todo, conseguir a alguien
para él no era algo muy complicado. Generalmente, su deseo solía ser
mayor hacia los hombres, ya que el ser penetrado por uno le era
completamente diferente a lo que sentía acostándose con una mujer. Y
aunque si lo que quisiera simplemente era meterla, lo único que tenía
que hacer era buscarse un uke que fuera de su gusto y tener sexo con él.
Sin embargo, el satisfacerse no siempre le resultaba tan fácil, gracias
a que su atractivo hermano mayor, Roy, era demasiado protector con su
hermoso hermanito, lo que a veces le dificultaba las cosas. Nunca podía
llevar a nadie a su casa, y si lo hacía, la persona a la que traía tenía
que pasar por una especie de pequeño interrogatorio que hacía su
hermano, algo que no era realmente agradable, haciendo que todo el mundo
saliera espantado a los pocos minutos de estar allí por la tensión que
sentían con sus preguntas, y más aún si la persona era un hombre, en ese
caso, el interrogatorio era mucho más duro, lo que hacía que Ken nunca
llevara a nadie a su casa. Roy no sabía sobre el fetiche sexual de su
querido hermanito, y él, desde luego no estaba dispuesto a contárselo,
aunque pudiera parecer alguien muy tranquilo e incapaz de dañar a una
mosca a primera vista, para Roy tan solo pensar que su hermano pudiera
estar siendo penetrado por otro hombre era algo que no podía tolerar y
si tan solo averiguara aquello, era capaz de castigarle a quedarse en
casa todo el día pudiendo tan solo ir a la escuela, además de destrozar a
quien se huviera acostado con él le hubiera obligado o no, aunque
claramente, si le había obligado la paliza iba a ser mayor. Pero por muy
protector que fuera Roy, a veces lo era demasiado, lo que enfadaba
muchas veces a Ken por tratarle siempre como un niño de 10 años aunque
ya tuviera los 17.
Lo único bueno que tenía la escuela en
estos casos, era que podía buscarse a alguien y hacerlo con él a
escondidas dónde no pudieran verlos como en el baño o en la azotea.
Después de todo, fuera quien fuera todo el mundo aceptaba el ir a
divertirse con él. Y hoy era uno de esos días gracias a que un chico se
le declaró enfrente de todo el mundo en la entrada, y entre toda ese
gente, se encontraba su hermano admirando la escena, a lo que como era
de esperarse de él, reaccionó dándole un fuerte puñetazo al chico y
siendo aún más protector de lo que ya lo era con Ken. Claramente, el
pelirrojo quería mucho a su hermano, pero que estuviera todo el día
encima suyo, era algo que le enfadaba tanto como para estar insoportable
durante todo el día y además, después de aquello, tenían un puente de
unos 5 días, lo que molestaba aún más a Ken por sus inmensas ganas de
tener sexo.
Dispuesto a encontrar a alguien, Ken
empezó a mirar por todos los lados del pasillo de su universidad, pero
no encontraba a nadie que le atrayera lo demasiado o simplemente ya
había tenido sexo con ellos. Econtraba algunas chicas que sí que le
atraían, pero lo que el necesitaba era el placer que tan solo un hombre
le podía dar. Impaciente siguió buscando por todos los lados sin
encontrar a nadie, hasta que ya en su inmensa desesperación, se acercó
al hombre más atractivo y en quien más confianza tenía delante suya por
haberse acostado ya alguna que otra vez con él.
-Hola ¡Cuánto tiempo!- Le dijo con una sonrisa inocente.
-¡Ken! Ho-hola...-
-Oye, ¿Quieres venir a jugar conmigo?-
-¡Cla-claro!- Tras su inmediata respuesta, ambos entraron en el baño.
A decir verdad, él nunca lo hacía con la
misma persona dos veces, pero cuando llegaba al límite de su gran
desesperación, aquel chico era siempre con quien iba, asi que en esos
momentos, esa era una regla que se permitia ignorar siempre y cuando se
tratara de aquel moreno de ojos azules en el que tanto confiaba pero del
que ni si quiera se acordaba de su nombre.
Ken cerró la puerta con el pestillo y se
sentó encima del chico rozando su erección contra la entrepierna del
moreno, lo que hizo que este empezara a raccionar al notarla, y sin
aguantarlo más, le qitó el jersey al pelirrojo comenzando a lamer sus
pezones y a pellizcarlos levemente excitandole aún más. Bajó una de sus
manos rozando su estómago suavemente hasta sus erecciones y empezó a
masturbar ambos miembros.
-No...te etretengas con eso...- Pero por
muy placentero que fuera aquello, él tan solo quería una cosa, a lo que,
el chico al comprender la situación, bajó su otra mano hasta llegar a
sus pantalones, la metió en su ropa interior e introdujo un dedo en su
entrada junto con otro que le siguió a los pocos segundos moviéndolos,
haciendo que el pelirrojo gimiera levemente abrazándose al cuello del
chico, excitándole al escuchar su dulce voz. -Rápido... ¡Nhn!... metela
ya- Liberándose completamente de toda la ropa que les quedaba a ambos,
el chico agarró las nalgas del pelirrojo y metió su miembro de golpe
haciendo que arqueara su espalda junto con un fuerte gemido al notar ese
gran miembro dentro suyo unido con el placer que hacia tanto que no
sentía. Lentamente, empezó a moverse dentro suya ayudado por Ken que se
movía al compás de sus movimientos mientras emitía dulces gemidos que
intentaba cubrir inútilmente. Deseosos por venirse de una vez, ambos
comenzaron a moverse más rápido
-Ken ya no puedo...-
-Yo tampoco... ¡Ah!- Dando una última
estocada, el chico se vino llenando el interior de Ken, mientras éste
manchaba el cuerpo desnudo del chico. Y tras limpiarse ambos, se fueron
tranquilamente hacia sus clases que iban a empezar a los pocos minutos
sin decirse ni una sola palabra, después de todo, para ellos estaba
completamente claro, aquello era simplemente sexo para poder aliviarse,
sin ningún que otro sentimiento que los incomodara ni tampoco palabras
innecesarias de las que se olvidarían al salir de allí.
Cuando se terminó la escuela, Ken se fue
completamente satisfecho hacia su casa capaz de aguantar el resto del
día sin tener sexo con nadie más, después de todo, aquel chico lo había
dejado completamente complacido al igual que siempre.
-Ken si que has llegado pronto hoy a
casa- Le dijo Roy al verle aparecer por la puerta. Después de todo,
simpre llegaba más tarde porque se entretenía teniendo sexo con los
primeros que pillaba ya que le era inaguantable el no hacerlo después de
tantas horas del día y necesitaba liberarse, pero como esta vez lo hizo
con aquel moreno nada más llegar a su escuela, no se entretuvo al
llegar, despues de todo, una vez con él le era suficiente para todo el
día .
-Sí... esque siempre me entretengo por el
camino- Ken se llevó la mano a la cabeza con una amplia sonrisa. Por
suerte, aquel chico nunca dejaba ninguna marca en él, haciendo más fácil
que su hermano no descubriera aquello.
A la mañana siguiente, como todos lo
días, Roy decidió acompañar a Ken hasta su escuela en su llamativo
descapotable de color negro que tanto le gustaba. Había pagado una gran
fortuna por él y desde luego se alegraba de haberlo hecho, después de
todo, tenía aún más coches pero sin duda ese era el que más le atraía y
su hermano pensaba lo mismo.
-Adios Roy- Le dijo acercándose a la entrada de su instituto y éste le despidió con la mano como respuesta mientras sonreía.
De repente alguien se acercó corriendo
hacia Ken sonriente, era un chico con un rostro bastante lindo de ojos
verdes y unos labios que parecían ser completamente suaves y dulces. Su
cabello era de un rubio claro que apenas cubría su rostro, ya que lo
tenía sujeto con una pinza, y llevaba un gorro que lo cubría casi
completamente.
-¡Cuánto tiempo!- Le dijo mientras se colgaba de su brazo.
-Ah sí, hacia mucho que no nos veíamos esto...-
-...Abel. ¿Por qué nunca te acuerdas de
mi nombre? No es muy difícil que digamos- El pelirrubio frunció el ceño
un poco enfadado.
-Lo siento, no me pasa solo contigo. En
verdad no soy bueno recordándolos- Ken no estaba mintiendo, para él
recordar nombres era algo muy difícil, ya era hasta un milagro el poder
acordarse del suyo y del de su hermano. Por eso nunca le preguntaba los
nombres a los demás y los llamaba con ''tú'' o ''ey'' para que le fuera
más fácil. Además esa era otra razón por la que nunca preguntaba el
nombre de la gente con la que se acostaba, ya que no quería pasar el mal
trago de llamar a alguien con otro nombre mientras estaba teniendo sexo
con él, y mucho menos si era con alguien con quien estaba saliendo, que
a decir verdad ya le había pasado más de una vez con alguna chica a la
que sin querer la había llamado con otro nombre. Por eso decidió no
salir nunca con nadie más, después de todo, no quería recibir más
bofetadas en su rostro que tanto usaba para ligar.
-...Oye Ken, ¿tú lo harías conmigo?- Le dijo el chico mirándole con ojos suplicantes.
-¿Hacerlo contigo?-
-Sí... esque tú... tú me gustas, ¡Me
gustas mucho!- Ken le miró completamente sorprendido, a decir verdad,
esta situación ya había llegado a ocurrir anteriormente, y ya le había
rechazado en ese momento pero al parecer el chico quería aquello a toda
costa. Por un momento, Ken pensó que hacerlo por una vez estaría bien,
pero unos segundos despues al volver a pensarlo, miró hacia el suelo
apenado.
-Será mejor que no lo hagamos, no quiero hacerte daño Abel- Respondió con una voz cariñosa y a la vez triste.
-¿Pero por qué? Tú lo has hecho con otros
muchos chicos, no es como si fuera a ser la primera vez que lo haces
con uno, y yo tambien lo he hecho con otros tampoco es como si fuera a
ser mi primera vez, y tú lo sabes ¿Entonces por qué?-
-Porque tú me importas a diferencia de
ellos. Te lo digo de verdad Abel, no quiero hacerte daño así que será
mejor que no lo hagamos- De repente, unas pequeñas lágrimas empezieron a
rodar por las mejillas del chico mientras se aferraba al pelirrojo.
-¡No me harás daño! Tan solo será una vez, asi qué por favor Ken...- Le dijo con un tono desesperante
-Lo siento Abel, eres demasiado preciado
para mí como para que pueda hacerte llegar a sentir de esa manera por mi
culpa- Tras sus palabras, Ken entró a la clase intentando hacer que
nada había pasado al igual que lo hacia siempre dejando al pelirrubio
llorando tristemente frente a la puerta.
FIN
Buee pues aki un fanfic k ize xk me aburria xD Aber kuando empiezo a traducir k se me pasa el tiempo y no subo na. Espero k os aya gustado :3
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